LA IGLESIA DE VALDERROBRES SE ABRIRÁ EN SEMANA SANTA
La iglesia de Valderrobres se abrirá en Semana Santa tras recuperar la imagen que tuvo en 1877. Las obras, que han durado dos años, han sacado a la luz uno de los cuerpos de la nave, tapiado hace un siglo.
La localidad de Valderrobres vivirá un gran acontecimiento los primeros días de Semana Santa, cuando las puertas de su iglesia gótica se abran de nuevo tras permanecer el templo dos años cerrado por obras de restauración. Pero lo más importante para los vecinos es que la iglesia se abrirá con la imagen que tuvo hace más de un siglo, antes de que se hundiese el último cuerpo de la nave y que se decidiese tapiarlo, recortando las dimensiones originales del edificio.
La reapertura de la iglesia ha despertado un gran interés por el hecho de que, por razones obvias, nadie en el pueblo conoce el aspecto primitivo que tuvo la iglesia, ni siquiera existe documentación gráfica que haya podido mostrar su estructura al completo.
Si la historia más reciente de la iglesia es peculiar, no lo son menos los pasos que se han tenido que dar para lograr rescatar su forma original, que estuvo precedida por una intensa campaña de adhesión y la creación de una entidad específica para este fin: la Asociación Cultural para la Recuperación del Patrimonio de Valderrobres, Repavalde.
Han sido varios años de gestiones, de negociaciones con políticos y con la Diócesis de Zaragoza -de la que depende el templo-, de movilizaciones y de actuaciones para recoger firmas entre la población, que al final dieron sus frutos. "Creo que si en los 130 años que han transcurrido desde que se tapió el último cuerpo no se ha hecho nada hasta ahora es porque ha habido despreocupación general. Solo había que pedirlo", explicaba el presidente de la Asociación Repavalde, Manuel Siurana.
En el rescate del edificio religioso se han invertido 1.300.000 euros, financiados por el Gobierno de Aragón, la Diócesis de Zaragoza, Ibercaja y el Ayuntamiento de la localidad. Ha sido una fuerte inversión, pero "era casi obligado hacerla", dice Siurana. El presidente considera que el templo, construido en el siglo XIV, había quedado "desproporcionado" tras amputarle uno de sus cuerpos. "Como todos, este edificio se tiene que concebir de forma global, así que si le suprimes una cuarta parte del mismo resulta asimétrico", indicaba Manuel Siurana, al describir la discontinuidad estilística que durante más de un siglo ha reinado en la edificación.
La reconstrucción del último cuerpo, proyecto redactado por el arquitecto alcañizano Luis Ángel Moreno, se ha tenido que llevar a cabo en base a la documentación existente en diferentes archivos relacionados con el momento en que se produjo el hundimiento de parte de la iglesia.
No se han podido localizar aportaciones gráficas que facilitasen la labor restauradora, a pesar de que los miembros de Repavalde han investigado en el archivo histórico nacional y en los registros de distintos ministerios. Siurana no abandona, sin embargo, la idea de que alguna vez aparezcan ilustraciones que permitan a los vecinos de Valderrobres conocer la imagen primitiva de la iglesia gótica.
La intervención ha posibilitado, además, un mayor acercamiento a los ciudadanos de los elementos arquitectónicos más característicos de la iglesia. Siurana señaló que cornisas, gárgolas y otras figuras han podido describirse al detalle.
Los trabajos se han apoyado, asimismo, en toda la serie de elementos arquitectónicos inacabados que se conservaban tras tapiar el cuerpo de la nave. Hay restos arqueológicos recuperados, como piezas del rosetón o enormes bloques de piedra, que se han reinsertado en el edificio. Otros se expondrán en algún espacio habilitado en la iglesia.
Además de recuperar la parte hundida, el proyecto ha incluido una actuación integral con el saneamiento de la cubierta y campanario, así como la eliminación de las humedades y de la vegetación que crecía sin control en las juntas de los muros. La estructura se ha consolidado y se ha aplicado un tratamiento para evitar el crecimiento de elementos vegetales.
(Leonor Franco, Heraldo de Aragón 30-III-2009)
La localidad de Valderrobres vivirá un gran acontecimiento los primeros días de Semana Santa, cuando las puertas de su iglesia gótica se abran de nuevo tras permanecer el templo dos años cerrado por obras de restauración. Pero lo más importante para los vecinos es que la iglesia se abrirá con la imagen que tuvo hace más de un siglo, antes de que se hundiese el último cuerpo de la nave y que se decidiese tapiarlo, recortando las dimensiones originales del edificio.
La reapertura de la iglesia ha despertado un gran interés por el hecho de que, por razones obvias, nadie en el pueblo conoce el aspecto primitivo que tuvo la iglesia, ni siquiera existe documentación gráfica que haya podido mostrar su estructura al completo.
Si la historia más reciente de la iglesia es peculiar, no lo son menos los pasos que se han tenido que dar para lograr rescatar su forma original, que estuvo precedida por una intensa campaña de adhesión y la creación de una entidad específica para este fin: la Asociación Cultural para la Recuperación del Patrimonio de Valderrobres, Repavalde.
Han sido varios años de gestiones, de negociaciones con políticos y con la Diócesis de Zaragoza -de la que depende el templo-, de movilizaciones y de actuaciones para recoger firmas entre la población, que al final dieron sus frutos. "Creo que si en los 130 años que han transcurrido desde que se tapió el último cuerpo no se ha hecho nada hasta ahora es porque ha habido despreocupación general. Solo había que pedirlo", explicaba el presidente de la Asociación Repavalde, Manuel Siurana.
En el rescate del edificio religioso se han invertido 1.300.000 euros, financiados por el Gobierno de Aragón, la Diócesis de Zaragoza, Ibercaja y el Ayuntamiento de la localidad. Ha sido una fuerte inversión, pero "era casi obligado hacerla", dice Siurana. El presidente considera que el templo, construido en el siglo XIV, había quedado "desproporcionado" tras amputarle uno de sus cuerpos. "Como todos, este edificio se tiene que concebir de forma global, así que si le suprimes una cuarta parte del mismo resulta asimétrico", indicaba Manuel Siurana, al describir la discontinuidad estilística que durante más de un siglo ha reinado en la edificación.
La reconstrucción del último cuerpo, proyecto redactado por el arquitecto alcañizano Luis Ángel Moreno, se ha tenido que llevar a cabo en base a la documentación existente en diferentes archivos relacionados con el momento en que se produjo el hundimiento de parte de la iglesia.
No se han podido localizar aportaciones gráficas que facilitasen la labor restauradora, a pesar de que los miembros de Repavalde han investigado en el archivo histórico nacional y en los registros de distintos ministerios. Siurana no abandona, sin embargo, la idea de que alguna vez aparezcan ilustraciones que permitan a los vecinos de Valderrobres conocer la imagen primitiva de la iglesia gótica.
La intervención ha posibilitado, además, un mayor acercamiento a los ciudadanos de los elementos arquitectónicos más característicos de la iglesia. Siurana señaló que cornisas, gárgolas y otras figuras han podido describirse al detalle.
Los trabajos se han apoyado, asimismo, en toda la serie de elementos arquitectónicos inacabados que se conservaban tras tapiar el cuerpo de la nave. Hay restos arqueológicos recuperados, como piezas del rosetón o enormes bloques de piedra, que se han reinsertado en el edificio. Otros se expondrán en algún espacio habilitado en la iglesia.
Además de recuperar la parte hundida, el proyecto ha incluido una actuación integral con el saneamiento de la cubierta y campanario, así como la eliminación de las humedades y de la vegetación que crecía sin control en las juntas de los muros. La estructura se ha consolidado y se ha aplicado un tratamiento para evitar el crecimiento de elementos vegetales.
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